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Entrevistas

Jueves 22 de Agosto de 2013

La Biblioteca Castelli, más de 40 años sumando granitos de arena

Roberto Fernandez y Graciela Pedersen nos cuentan el pasado, presente y los proyectos de la Biblioteca de nuestra ciudad.

Por Juan Ignacio Suarez

La biblioteca Popular Juan José Castelli, ubicada frente a la plaza de nuestra localidad, lleva más de cuarenta años en el barrio no solo prestando libros, sino también acercando diversas actividades culturales a los vecinos de General Pacheco. Con motivo de interiorizarnos aún más sobre el rol que cumple en la comunidad entrevistamos a Graciela Pedersen y Roberto Fernández, presidenta y tesorero respectivamente, quienes amablemente nos brindaron una reseña de la querida biblioteca.

Creciendo de la mano de la comunidad

Para ir a los orígenes de la biblioteca nos tenemos que remontar al año 1969, a un General Pacheco completamente diferente, menos poblado, sin countries y rodeado por los bañados del Río Reconquista. En ese pueblo fue donde un grupo de vecinos encabezado por el dueño de la librería “Emiliano Zapata”, el señor Rosales, inauguraban un 18 de abril de ese año la biblioteca popular J.J. Castelli, en ese entonces ubicada en un pequeño salón alquilado en la calle Santiago del Estero, al lado del registro civil, donde se entremezclaban los lectores de la biblioteca y los estudiantes de los diversos cursos que se dictaban. Hubo que esperar hasta diciembre de 1970 para que los terrenos, hasta ese entonces reservados para albergar la nueva iglesia, fueran cedidos a la biblioteca por la municipalidad. La construcción de la biblioteca fue a pulmón, todo sumaba para comprar los materiales para construir el edificio: desde rifas, asados en la iglesia, festivales con artistas de la talla del turco Cafrune y hasta la recolección de botellas y diarios viejos para vender con un carrito prestado por un vecino. Desde el comienzo se planteó a la biblioteca no solo para que funcione como tal, sino con la idea de generar un polo cultural para la localidad, brindando talleres y servicios para socios y vecinos.

Construccion de la Bibloteca

Roberto nos comentó también que se tuvo que depurar el histórico padrón societario, para conocer el número real de socios: hoy alrededor de mil personas forman parte del padrón, entre activos, menores y vitalicios. El accesible aporte mensual (5 pesos menores, 10 pesos adultos) de sus socios resulta indispensable para el crecimiento de la biblioteca, ya que a pesar de los subsidios que recibe por parte del gobierno municipal y provincial, estos son destinados a las obligaciones que debe cumplir como cualquier otro espacio (mantenimiento, sueldos de empleados, renovación de material, etc.). Cabe destacar que la biblioteca cuenta con el respaldo de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP), entidad fundada por Domingo F. Sarmiento y que brinda asesoramiento jurídico y subsidios entre otras cosas, además de contar con una red que intercomunica a todas las bibliotecas populares del país.

La actualidad de la biblioteca

El barrio cambio, creció, mutó, al igual que la biblioteca. Las nuevas generaciones se acercaron a ella, y junto a los socios que ya utilizaban el espacio, le dieron un nuevo rumbo sin descartar el trabajo ya logrado. Así el recinto de la biblioteca podemos dividirlo en tres espacios: uno ocupado por la biblioteca con su sala de lectura incluida, donde se brinda el servicio de préstamo de libros, videos de historia en formato VHS y DVD, Internet, fotocopias y también encontramos cursos y talleres, entre los que se encuentran ajedrez, literatura, pintura, inglés, francés y dibujo, además de realizarse encuentros de los grupos de autoayuda ALCO, Renacer y el grupo de Mujeres Integras. En la parte trasera de la biblioteca encontramos el espacio ocupado por la “Sala Aparecidas” un gran motor de teatro independiente de la zona norte generado por la compañía de teatro Ismobabón, donde además de funciones y clases de teatro, encontramos talleres de magia y fotografía. También dentro del predio de la biblioteca encontramos un espacio que fue cedido a la UTN, tras un convenio celebrado con esa universidad, donde se brindan cursos de capacitación profesional (entre ellos, soldadura y tornería). A pesar de esta división de espacios, Roberto y Graciela nos remarcan la importancia de que estos lugares no actúan como compartimientos estancos, sino que son espacios solidarios entre ellos, volviendo más rica la convivencia y las actividades de cada una de las ramas de la biblioteca. Esta conexión entre vecinos no solo queda puertas adentro, sino que se expande hacia otras instituciones sociales de la localidad y barrios aledaños, para que la biblioteca no sea una isla, sino que este integrada a toda la comunidad (un ejemplo de esto son los festejos que se llevaron a cabo el día del niño en la plaza de Pacheco, organizado por varias instituciones de la ciudad).

La biblioteca cuenta con más de 34.000 libros

Proyectos y necesidades

El futuro de la biblioteca no es para nada incierto. Si bien tiene necesidades que no pueden esperar (hoy el principal problema es el techo que debe ser reparado íntegramente), cuenta con buen material humano para que “La Castelli” goce de buena salud y nos borre de la cabeza la imagen de la biblioteca vetusta, polvorienta y casi hermética que a uno se le genera al ver tantas bibliotecas libradas al descuido y al olvido. Así, además de ofrecer 34.000 libros para estudiar, investigar o solamente pasar un buen rato inmerso en la lectura, cuenta con proyectos ambiciosos de sus socios, como torneos de ajedrez promovidos por Santiago Castillo (Profesor de ajedrez de la biblioteca), quién acercó la idea de construir un pequeño albergue para los jóvenes que quieran acercarse a competir desde el interior y no puedan costear dicho servicio. También por parte la Compañía Ismobabón se proyecta adquirir material de lectura para la biblioteca orientado al teatro. Pero más importante aún es que la comisión directiva y la biblioteca en general tiene las puertas abiertas a nuevos proyectos o a brindar el espacio para quién desee utilizarlo, sabiendo que la biblioteca es un nexo que acerca la cultura a la comunidad, una función a veces desvalorada pero de una enorme importancia.