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Psicología

Martes 18 de Junio de 2013

Vivir en el aqui y ahora

"Solo existen dos días en el año en que no se puede hacer nada. Uno se llama Ayer y otro Mañana. Por lo tanto Hoy, es el día ideal para amar, crecer, accionar, y principalmente vivir" (Dalai Lama)

¿Dónde está tu mente…ahora?

Si observamos con atención nuestros pensamientos nos daremos cuenta que la mayoría tienen una estrecha relación con el pasado y el futuro. Son pocas las veces en que nos detenemos un momento a observar, oír, sentir, oler y saborear el vivo presente.

Podemos estar en un determinado lugar rodeados de personas y de pronto nuestros pensamientos vuelan hacia una situación que vivimos un día anterior ya sea en casa, en la oficina o en la calle. Si esa situación fue incomoda comenzaremos a sentir ansiedad, tristeza, preocupación o rabia, según el caso, y no podremos disfrutar del lugar ni del momento.

También puede ocurrir que de pronto nos sentimos acongojados porque nuestra mente nos lleva hacia lo que aún no ha sucedido, surgiendo interrogantes como ¿qué pasara si pierdo mi trabajo? ¿Conseguiré ese cargo? ¿Tendré dinero para pagar mis cuentas? ¿Me irá bien con esta pareja? ¿Y si mi hijo se enferma?, etc. Pensamos en ese futuro que aún no se crea y nos atormentamos con temores prematuros que nos impiden disfrutar el aquí y el ahora.

¡El presente solo está aquí y ahora!

Cuando damos demasiada importancia a los pensamientos, principalmente los relacionados a lo que ya pasó y a lo que aún no pasa, estamos dejando escapar lo que está ocurriendo aquí, en este preciso instante. Pero lo más triste es que nos entregamos a una realidad ficticia y vamos olvidándonos realmente de quiénes somos y hacia dónde nos dirigimos.

“Lo que más me sorprende del hombre occidental es que pierden la salud para ganar dinero, después pierden el dinero para recuperar la salud. Y por pensar ansiosamente en el futuro… no disfrutan el presente, por lo que no viven ni el presente ni el futuro. Y viven como si no tuviesen que morir nunca, y mueren como si nunca hubieran vivido.
Dalai Lama

Las consecuencias de no estar presente

La mayor parte del día, mientras realizamos nuestras actividades, nuestra mente se encuentra inmersa en una serie de pensamientos que nos distraen de las cosas buenas que ocurren a nuestro alrededor. Y que lejos de resolver problemas cotidianos perturban nuestra paz. Incluso son capaces de boicotearnos cuando intentamos emprender nuevos proyectos o nos hacen crear falsas expectativas, para luego frustrarnos. Todo el tiempo estamos en algún pensamiento o conversación interna, al levantamos, al bañarnos, al vestirnos, cuando comemos, manejamos, trabajamos y así sucesivamente hasta regresar nuevamente a la cama.

Cuando no estás en el presente, es como si estuvieras en “ piloto automático” , haciendo muchas cosas de manera inconsciente; dejándote “ llevar” por patrones de conducta habituales que no son favorables para tu salud ni tu felicidad . Y aunque lo abandones de a ratos para hacer algo que requiera de tu concentración, pasas la mayor parte del tiempo en ese estado. Cada vez que tu mente está “en otra parte”, tal vez pensando en algún problema o asunto que te preocupa, o tratando de huir de una realidad que no te gusta, se produce una desconexión con vos mismo.

Al estar en automático aparecen contratiempos por olvidos y despistes. Te dispersas.

Pero lo peor es que te desconectas de tus propias emociones, de manera que no seas consciente de lo que sentís y ni de lo que haces.

Esto trae verdaderos problemas a tu vida , comenzando por confusiones, incertidumbre e inseguridad , que van del estrés a enfermedades más graves, y otra cosa: mientras te ausentas , delegas tu poder personal a “algún otro “ para que maneje tu vida a su antojo, en ese …” Como vos quieras…lo que a vos te parezca … me da lo mismo….decidí vos ….”

“La vida es aquello que te pasa mientras estas ocupado haciendo otros planes “
John Lennon

¿Cuántas veces paramos para pensar que camino elegir, y en cambio cuantas otras tenemos la certeza que no nos queda otra que seguir la corriente de las circunstancias?

Debemos recordar que siempre hay un sinfín de oportunidades a la vuelta de la esquina, pero no siempre estamos atentos y confiantes para verlas y creerlas.

Es increíble ver con qué frecuencia la gente supone que lo que hace es lo único, por no decir lo último, que le quedaba por hacer; no se ven otros posibles pasos, alternativas , no se ven opciones…y lo peor es que lo creemos realmente, estamos convencidos que lo que nos toco vivir es la causa por la que estamos presos o encerrados en un camino que no nos gusta pero debemos transitar porque “no nos queda otra” en vez de darnos cuenta que lo que tal vez suceda es “que no conocemos otro”.

Y en ese permanente conflicto interior entre lo que es y lo que queremos que sea, debatimos nuestra vida sin rodeos, y decimos: “que querés que le haga, es lo que me toco…”

Pocas son las personas que se atreven a experimentar el desafío de preguntarse si habrá otro camino que puedan recorrer para sentirse más a gusto, es que cuando esta tan naturalizado el dolor y la desdicha, no paramos a reflexionar acerca de que podemos acceder a algo mejor para nuestras vidas y que eso mejor, depende de algunas decisiones que debemos tomar.

Vivimos en una cultura que pensar en el bien para nosotros mismos se confunde con egoísmo, que estamos acostumbrados a no pensar en nuestro bien sino en lo que el otro puede pensar o decir.

Vivir en primera persona

Lo más importante es que creamos en nosotros mismos, en nuestro poder de transformar la vida que llevamos, en eso que queremos que sea, y que nos sintamos merecedores de un porvenir similar a nuestro deseo, y que podamos planificar, alineados con nuestros valores.

Cuando algunas personas se acercan a la consulta y se refieren a sí mismas como personas negativas o depresivas, veo a menudo qué pocas cosas hacen para sí mismas, qué poco tiempo se dedican a pensar en su propia felicidad, su propia satisfacción o que les cuesta disfrutar de algunas situaciones y esto lo interpretan como depresión…y me pregunto…¿cómo puede ser feliz o estar contenta una persona que no hace nada de lo que le gusta ?

La enfermedad, mala praxis del vivir…

La “mala gestión” resultante de decisiones mal tomadas, miedos que no nos dejan elegir, así como la perdida de habilidad para responder a los nuevos desafíos, también desembocan en procesos que diseñan la trama y la figura del enfermar.

Cuando solo te preocupa el futuro y calculas todo tu presente en función de una meta o propósito, vas a ver que te cuesta disfrutar del tiempo presente, ni lo percibís…se te escapa de las manos…el peligro de basar todo en un resultado futuro es cuando no logras lo que te propusiste, y sentís que todo se te derrumba, podes caer en una depresión detonada por una frustración no prevista. O depresión exógena, por poner un ejemplo, pero…Hay miles de ellos !

Si pudiéramos estar más perceptivos, mas conectados y en cuanto detectamos estas contradicciones acudiéramos a una consulta, no dejaríamos que se haga crónico nuestro enojo, y se naturalice nuestra contrariedad de tal manera que la confusión no nos permita distinguir entre una enfermedad y una falta de destreza para enfrentar una situación.

La verdad es que aprendemos de nuestros errores y necesitamos entrenamiento para poder salir airosos de una situación difícil, pero no siempre lo buscamos, y en lugar de eso , comenzamos a quejarnos de nosotros mismos por lo tontos que somos o por no saber contestar o no saber decir que no. El tema es que a veces dejamos pasar muchos años con esta insatisfacción que va creciendo gradualmente y nos conduce a distintos malestares. Además tratarnos mal no ha de ser la mejor manera de resolver un desacuerdo interior.

Conclusión:

Si coincidimos que las crisis son oportunidades para crecer, debemos saber que no hay mejor estado que el de la pregunta, que nos llevara a una certeza producto de un pensamiento y no de un impulso irracional. Aceptamos las intuiciones o presentimientos pero las sometemos a un análisis exhaustivo y maduro que tenga en cuenta nuestros propósitos, intenciones y nuestros valores. Debemos estar dispuestos a interpelarnos cada tanto para ver si nuestras acciones están alineados con nuestros principios y nuestras metas, pues de aquí es que extraeremos la savia, el alimento y la motivación necesaria para hacer realidad nuestros deseos.

Por supuesto, esto no significa que haya algo malo en fantasear, preocuparse por algo o soñar despierto, siempre y cuando elijas voluntariamente el momento para hacer eso, en vez de dejar que tu mente te arrastre en los momentos menos oportunos.

En estas épocas difíciles, de crisis socioeconómicas y de valores donde faltan esperanzas en el futuro, las personas se resignan a vivir lo que les toca, mientras sueñan…estando poco estimuladas para cambiar. Es interesante , sin embargo, ponerse a pensar que vale la pena hacer cosas que realmente nos interesen y nos predispongan a vivir una vida más plena de sentido, ese sentido que será la fuente , la criptonita donde sacar energía para vivir estos tiempos controvertidos.

Hasta la próxima!

Lic. Beatriz Coco
Psicóloga/ Coach Ontológico Profesional
encuentrospositivos@hotmail.com