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Desde el 2009, apostando al desarrollo local
Desde el 2009, apostando al desarrollo local
Publicado: Octubre 2009
Última actualización: Junio 2024
EN REVISIÓN
A partir de la década de 1820, Angel Pacheco desarrolla un establecimiento rural llamado “El Talar”, que fue creciendo en dimensión y trabajadores. Al poco tiempo, otras personas comenzaron a llegar a estas tierras, no ya para trabajar en la estancia, sino para desarrollar sus propios proyectos agrícolas en chacras que la familia Pacheco comenzó a arrendar en 1854.
Resulta interesante el reglamento de arrendamientos que se firma el 11 de junio de 1855 en el Juzgado de Paz de Las Conchas con los primeros 18 chacareros, ya que en su artículo 12 dispone “Como es de esperar que Dios bendiga nuestras cosechas, y en el caso que ellas sean regularmente abundantes, nos comprometemos a dar todos los años á contar desde esta fecha dos fanegas del grano que mejor nos combenga para la formación de una capilla”.
En este documento se puede ver manifestada la intención -y la necesidad- de una capilla capaz de reunir a las familias pioneras del pueblo. Esta institución, además de cumplir la misión evangelizadora tan importante para la vida de las personas en aquellos años, sería el lugar donde se registrarían nacimientos, casamientos y defunciones. Actos claves en la vida familiar y comunitaria que por aquellos años debian cumplirse en la iglesia de Las Conchas o de San Fernando, muy lejanas e inaccesibles (por malos caminos) para las familias locales.
En 1869 se produce el primer censo nacional, y arroja como resultado en el legajo para “Campaña-Chacras de Pacheco” un total de familias compuestas por un total de 326 personas.
La intención de fundar un pueblo no pudo ser concretada por José Felipe, pero en cambio, la capilla sí fue una realidad, fruto de una promesa que habían realizado José Felipe Pacheco Reynoso y su esposa, Agustina Anchorena.
Con la muerte de Angel Pacheco, el 25 de septiembre de 1869, José Felippe hereda una parte importante de su fortuna y, particularmente, el casco de la estancia El Talar. Esta riqueza se suma a la fortuna de su esposa, que ostentaba uno de los apellidos más prestigiosos de la época.
Pero no todo es dinero en la vida. La pareja, casada en agosto de 1865 en la parroquia Nuestra Señora de la Merced de Buenos Aires, no lograba tener descendencia por distintos problemas de salud que atravesaban, y frente a tal deseo prometieron a la virgen maría que en caso que Agustina quede embarazada, levantarían una iglesia para la adoración de la Pura y Limpia Concepción de María.
Sin embargo, no existe información sobre el embarazo de Doña Agustina, ya que su hijo, José Agustín nació en Madrid el 16 de noviembre de 1878 y por ser muy delicado de salud, recién pudieron regresar a nuestro país cuando éste tendría dos años (no se tiene documentación que acredite el momento exacto de ingreso).
En el año 1881, José Felipe envia una nota al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Dardo Rocha, en la cual solicita autorización para formar un Pueblo, en el cual se compromete “...construir a mi costa una Capilla destinada al Culto Católico; y obtener del vecindario que puebla las chacras, que costée la construcción del edificio de escuelas…” Si bien la fundación del pueblo no llega a concretarse por no tener la aprobación del municipio de Las Conchas, la idea de construir la capilla no cesa.
Los Pacheco-Anchorena realizaban frecuentes viajes al viejo continente, y en particular habían visitado Italia, atraídos por la diversidad arquitectónica de sus iglesias. Siendo así, y por la similitud del material disponible en nuestras tierras y el no muy alto costo constructivo, deciden edificar la iglesia basados en el estilo gótico florentino.
Así en el año 1884 contrata al joven arquitecto francés Augusto Plou para la realización de los planos de la futura capilla, los cuales finaliza en julio de ese año.
Rápidamente, José Felipe inicia un expediente ante el Arzobispado de Buenos Aires solicitando su autorización para construir la capilla. En la nota, justifica la decisión diciendo:
“Los móviles que han impulsado á ello son-
1º Dar cumplimiento á una promesa que hicimos con mi Señora esposa-
2º Tener el proyecto de erigir allí un pueblo, y creer que es el templo, lo primero que debe levantarse y servir de base, á la formación de toda población Católica-
3º Haber ya en mis campos y sus alrededores, un gran vecindario, que está privado de cumplir con sus deberes religiosos, por la gran distancia y malas vías de
comunciaciónque existen hasta los Templos próximos, de San Fernando y las Conchas, viéndose privados por las mismas razones, de toda clase de educación, los niños que
en numero crecido habitan también esos lugares”.
Y aclara:
“Todo este edificio será mandado construir por mi particularmente, y será también por mi sostenido el Señor Capellan y la escuela a pesar que como lo he manifestado antes, sus servicios serán en beneficio público-”
Dos días después, el 27 de agosto de 1884, recibe la autorización del Arzobispo.
El siguiente paso sería iniciar la construcción, y para eso José Felipe contrató a don Francisco Erril el 2 de febrero de 1885, quien debía realizar la obra en diez meses. El proyecto era imponente para la época y el lugar. Tanto por sus características estéticas como por sus dimensiones, es capaz de albergar a 300 personas, en un pueblo de 700. Visión de futuro.
Sin embargo, cabe aclarar que la capilla original era un poco más modesta que la que vemos actualmente. La inauguración de la capilla estaba prevista para el 1º de mayo de 1886, pero por cuestiones climáticas fue suspendida para el día 4. Durante el acto, habló el Obispo Federico Aneiros y Pastor Obligado (funcionario del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires).
Junto con la Capilla se abre la Casa Parroquial, cuyo objetivo era que funcionase como casa-escuela, siendo los primeros maestros los sacerdotes remunerados por el mismo José Pacheco.
A poco de haber concretado su anhelo de concebir un hijo, y cumplir la promesa de construir la capilla, la familia Pacheco-Anchorena sufrió un duro golpe. En 1888 Agustina viajó a París en búsqueda de la cura para una enfermedad que padecía y, sin éxito, encontró la muerte el 25 de octubre de ese año, a los 46 años de edad. Su cuerpo fue velado en la iglesia de La Madeleine (París), suntuosamente adornada. Finalmente el cuerpo fue embalsamado, traído a la Argentina en el año 1890 y alojado en la cripta de la Capilla.
Entre 1888 y 1890 José Felipe, quien aparentemente no había regresado a Buenos Aires, abre en el Consulado Argentino en Roma, Italia, un concurso para elegir a un artista plástico que decorara la Capilla. El ganador fue Modesto Faustini, quien entre sus trabajos más conocidos en Europa se encuentra la decoración de la Capilla de Loreto. Faustini viajó a la Argentina con el objeto de pintar los cuatro frescos que están en la cúpula de la Capilla: El Nacimiento, La Anunciación, El Calvario y La Coronación de María. Se cree que son las únicas obras realizadas por él en el continente Americano, y sus últimas creaciones, ya que murió repentinamente cuando regresó a Italia.
Por otra parte, José Felipe convocó a un reconocido escultor romano, Ettore Ferrari para realizar el alto relieve de mármol blanco que está detrás del altar, en el cual se representa la imagen de Agustina ascendiendo al cielo, acompañada por un ángel y un grupo de querubines. La pieza tiene grabada la fecha de su elaboración: 1893. Cuentan los investigadores que durante el trayecto que se hizo con el mármol desde la estación del ferrocarril hasta la Capilla, éste se quiebra. Todavía hoy puede verse la rajadura.
También en Italia José Felipe contrata al profesor Primo Fontana, en la ciudad de Carrara, para la realización de los mármoles que revisten la cripta.
En síntesis, los primeros cambios por los que pasó la capilla a poco de ser construida fueron: con la colocación del altorelieve en el fondo del ábside se cerró una pequeña ventana redonda que se encontraba en esa pared. Luego, las pinturas de Modesto Faustini y el piso del ábside sumaron una decoración sumamente rica para el templo. Asimismo se decoró todo el techo simulando vegetales y un cielo estrellado.Luego, con la reforma litúrgica de 1963 -Concilio Vaticano II- se contruyó, años después, una mesa con frente a los fieles, para la ceremonia de la Misa. Se eliminan la barandas que estaban frente al Altar y las naves laterales. Hacia 1975 se agrega la Cruz con Cristo, ubicada en el lateral derecho, cerca de la Pila Bautismal.
El exterior del templo guarda, a pesar de los años, el mismo aspecto original.
Fuente:
• "Parroquia Purísima Concepción", texto elaborado por la Asociación Histórica de General Pacheco.
• "La capilla de la Estancia El Talar, de General Pacheco". Rosario Garcia de Ferraggi. 2º Edición, año 2023.